DOI: 10.26820/reciamuc/8.(1).ene.2024.320-329
URL: https://reciamuc.com/index.php/RECIAMUC/article/view/1274
EDITORIAL: Saberes del Conocimiento
REVISTA: RECIAMUC
ISSN: 2588-0748
TIPO DE INVESTIGACIÓN: Artículo de revisión
CÓDIGO UNESCO: 32 Ciencias Médicas
PAGINAS: 320-329
El rol del médico de familia en la atención paliativa de
pacientes diabéticos en fase terminal
The crucial role of the family physician in palliative care for patients with
terminal diabetes
O papel crucial do médico de família nos cuidados paliativos a doentes
com diabetes em fase terminal
Andrea Paola Robalino Luzuriaga
1
; Andrés Sebastián Pérez Sánchez
2
; María Augusta Terán Calderón
3
RECIBIDO: 05/02/2024 ACEPTADO: 16/02/2024 PUBLICADO: 28/02/2024
1. Magíster en Cuidados Paliativos; Magíster en Gerencia Hospitalaria y Administración de Hospitales; Especialista
en Medicina Familiar y Comunitaria; Médico Cirujano; Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en el
Distrito 05 D01 Latacunga-Salud; Administradora Técnica del Centro de Salud Tipo C Lasso; Latacunga, Ecuador;
andrerobluz1609@gmail.com; https://orcid.org/0009-0007-8484-5711
2. Magíster en Cuidados Paliativos; Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria; Médico Cirujano; Médico Familiar
en el Ministerio de Salud Pública Distrito Salud Pascuales 2 09D08; Guayaquil, Ecuador; mdandperez@gmail.com;
https://orcid.org/0009-0004-2124-2567
3. Especialista en Geriatría y Gerontología; Médico;Asterionmed; Quito, Ecuador; augusteran@asterionmed.org;
https://orcid.org/0009-0001-4746-8298
CORRESPONDENCIA
Andrea Paola Robalino Luzuriaga
andrerobluz1609@gmail.com
Latacunga, Ecuador
© RECIAMUC; Editorial Saberes del Conocimiento, 2024
RESUMEN
Este artículo examina el rol fundamental que desempeña el médico de familia en la atención paliativa de pacientes diabé-
ticos en fase terminal. Se resalta la importancia de la atención integral que estos profesionales brindan, abordando aspec-
tos médicos, emocionales y sociales de manera holística. Se discuten las habilidades necesarias para la gestión efectiva
del dolor, el control de síntomas diabéticos, entre otros. La presente investigación se enmarca dentro de una metodología
de tipo bibliográfica documental. Ya que es un proceso sistematizado de recolección, selección, evaluación y análisis
de la información, que se ha obtenido mediante medios electrónicos en diferentes repositorios y buscadores tales como
Google Académico, Science Direct, Pubmed, entre otros, empleando para ellos los diferentes operadores booleanos y
que servirán de fuente documental, para el tema antes planteado. El papel del médico de familia en la atención paliativa
de pacientes diabéticos en fase terminal es crucial para brindar un cuidado integral y de calidad. Además, su capacidad
para establecer una relación cercana y de confianza con el paciente permite una atención personalizada que se adapta a
las necesidades individuales y preferencias del paciente, mejorando así su bienestar en los últimos momentos de su vida.
Palabras clave: Diabetes, Terminal, Paliativos, Médico, Familia.
ABSTRACT
This article examines the fundamental role played by family physicians in providing palliative care for patients with termi-
nal diabetes. It emphasizes the importance of the comprehensive care these professionals provide, addressing medical,
emotional, and social aspects in a holistic manner. It discusses the necessary skills for effective pain management, control
of diabetic symptoms, among others. This research is framed within a bibliographic documentary methodology. It is a sys-
tematized process of collecting, selecting, evaluating, and analyzing information obtained through electronic means from
different repositories and search engines such as Google Scholar, Science Direct, PubMed, among others, using various
Boolean operators that serve as documentary sources for the aforementioned topic. The role of the family physician in the
palliative care of patients with terminal diabetes is crucial for providing comprehensive and quality care. Furthermore, their
ability to establish a close and trusting relationship with the patient allows for personalized care that adapts to individual
needs and preferences, thereby improving their well-being in the final moments of life.
Keywords: Diabetes, Terminal, Palliative, Physician, Family.
RESUMO
Este artigo analisa o papel fundamental desempenhado pelos médicos de família na prestação de cuidados paliativos a
doentes com diabetes em fase terminal. Enfatiza a importância dos cuidados abrangentes que estes profissionais pres-
tam, abordando os aspectos médicos, emocionais e sociais de uma forma holística. Discute as competências necessá-
rias para uma gestão eficaz da dor, controlo dos sintomas diabéticos, entre outros. Esta investigação enquadra-se numa
metodologia documental bibliográfica. Trata-se de um processo sistematizado de recolha, seleção, avaliação e análise
de informação obtida por via eletrónica a partir de diferentes repositórios e motores de busca como o Google Scholar,
Science Direct, PubMed, entre outros, utilizando diversos operadores booleanos que servem de fontes documentais para
o tema supracitado. O papel do médico de família nos cuidados paliativos de doentes com diabetes em fase terminal é
fundamental para a prestação de cuidados integrais e de qualidade. Para além disso, a sua capacidade de estabelecer
uma relação de proximidade e confiança com o doente permite a prestação de cuidados personalizados que se adaptam
às necessidades e preferências individuais, melhorando assim o seu bem-estar nos últimos momentos de vida.
Palavras-chave: Diabetes, Terminal, Paliativo, Médico, Família.
322
RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
Introducción
De acuerdo a la Organización Mundial de
la Salud (OMS) (dentro de las enfermeda-
des crónicas no transmisibles se encuentra
el cáncer, enfermedades respiratorias cró-
nicas, cardiovasculares y la diabetes, entre
otros, que serán responsables del 60% del
daño y del 73% de todas las muertes causa-
das en el mundo para el año 2020. Este tipo
de padecimientos afectan desproporciona-
damente a todas las regiones y países don-
de se registran más del 75% de muertes por
esta causa, afectando a todos los grupos de
edad en especial a las más avanzadas, aun-
que los datos manifiestan que 15 millones de
todas las defunciones atribuidas a estas se
producen entre los 30 y 69 años de edad (1).
Según los actuales estudios, la diabetes
mellitus (DM) es la enfermedad crónica
más frecuente (415 millones de personas)
y, como la población mundial está enveje-
ciendo, aumenta su prevalencia. El 30-35 %
de las personas mayores de 75 años tiene
DM. A pesar de la prevención y seguimiento
que se hace en los diabéticos, con el tiem-
po, el estado de salud puede cambiar, y
esta enfermedad puede dar lugar a muchas
causas comunes de muerte: enfermedades
cardiovasculares, renales, demencia y al-
gunas formas de cáncer (2).
La Diabetes Mellitus (DM) es una grave
enfermedad crónica que se desencadena
cuando el páncreas no produce suficiente
insulina o cuando el organismo no puede
utilizar con eficacia la insulina; se clasifica
en tres categorías clínicas: tipo 1, tipo 2 y la
gestacional. El paciente requiere adaptarse
tanto a la evolución, como a las demandas
que esta le plantea en su vida diaria, esto
incluye dieta, ejercicio, medicamentos ora-
les o aplicación de insulina, vigilancia regu-
lar de la glucosa capilar y revisión periódica
por el equipo de salud; contribuyendo a dis-
minuir las complicaciones (3).
La muerte ha sido por lo general un tema
que se considera negativo y se excluye de
las conversaciones cotidianas. Sin embar-
ROBALINO LUZURIAGA, A. P., PÉREZ SÁNCHEZ, A. S., & TERÁN CALDERÓN, M. A.
go, cuando se tiene una edad avanzada o
una enfermedad grave, se piensa con fre-
cuencia en ella y en las condiciones en que
sucederá. El proceso de toma de decisio-
nes depende no solo de las opciones reales
sino de las opciones imaginadas, de la for-
ma en que las personas han comprendido
la información a la que han tenido acceso,
de las creencias y del curso de la enferme-
dad. En este proceso, pacientes y familia-
res buscan indagar más sobre la patología
y solicitan orientación por parte de conoci-
dos o del personal de salud (4).
Los Cuidados Paliativos (CP) se enfocan en
mejorar la calidad de vida del paciente con
patologías crónicas, donde no deben limi-
tarse a los últimos días de vida, sino aplicar-
se progresivamente a medida que avanza
la enfermedad y en función de las necesi-
dades, es primordial que los profesionales
de salud, lleven a cabo un ejercicio holístico
basado en el conocimiento científico y hu-
manístico, con argumentación válida para
aportar al trabajo interdisciplinario requeri-
do, con el fin de mejorar el cuidado y su con-
dición de vida en el mundo, se estima que
40 millones de personas necesitan cuidados
paliativos; tan solo un 14% de las persona
reciben, el 78 % de ellas viven en países de
ingreso bajo e ingreso mediano (5).
Metodología
La presente investigación se enmarca den-
tro de una metodología de tipo bibliográfica
documental. Ya que es un proceso sistema-
tizado de recolección, selección, evalua-
ción y análisis de la información, que se ha
obtenido mediante medios electrónicos en
diferentes repositorios y buscadores tales
como Google Académico, Science Direct,
Pubmed, entre otros, empleando para ellos
los diferentes operadores booleanos y que
servirán de fuente documental, para el tema
antes planteado.
Resultados
Inicio y evolución del médico de familia
323
RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
EL ROL DEL MÉDICO DE FAMILIA EN LA ATENCIÓN PALIATIVA DE PACIENTES DIABÉTICOS EN FASE TERMINAL
En el siglo XIX y a principios del siglo XX,
la gran mayoría de profesionales de me-
dicina eran médicos generales, los que
practicaban medicina, cirugía y obstetri-
cia. En los primeros años de este siglo,
comenzaron a emerger las especialida-
des mayores: medicina interna, cirugía,
pediatría, obstetricia y psiquiatría. La en-
trada a estas especialidades se hacía a
través del entrenamiento de postgrado y
los médicos generales fueron definidos
por su falta de entrenamiento adicional.
Se asumía que cualquier graduado mé-
dico podía ser un médico general y que
la práctica general no era una disciplina
clínica por derecho propio. En muchos
países la medicina general significaba
medicina de baja calidad (6).
La medicina general toma auge desde el
siglo XIX hasta las primeras décadas del
siglo XX. El médico general de aquella
época era responsable de la atención
a familias, y sus funciones de consejero
ante los problemas de sus pacientes se
reconocían como característica especí-
fica de dichos profesionales. En el pe-
ríodo comprendido entre la Revolución
Francesa y la Revolución Industrial sur-
gió el médico de cabecera, profesional
de alta calificación con conocimientos
sobre medicina, que se hizo cargo de los
problemas de salud de las familias y ac-
tuó como consejero de problemas edu-
cacionales y matrimoniales, entre otros.
Después de la presentación del informe
Flexner en 1910, en los Estados Unidos,
la medicina familiar pierde su espacio
porque la enseñanza de la medicina se
orientó a las especialidades (6).
En la década de los 40, se crearon aca-
demias y colegios dedicados a la medi-
cina general para impulsar una práctica
médica con base en el modelo del médi-
co de familia. En Canadá se fundó el Co-
legio de Médicos de Familia en 1954 (6).
En el año 1966, en Estados Unidos fue
bautizada con el nombre de Medicina
Familiar una especialidad que no existía
todavía, el informe Willard lo utiliza para
denominar a una forma de atención mé-
dica que debía ser creada por exigencia
de la sociedad americana que había ex-
presado su disconformidad con el tipo
de atención de la salud vigente en ese
momento, basada en una medicina pre-
dominantemente tecnológica, ejercida
por especialistas y provista mayormen-
te en los hospitales o complejos centros
médicos (6).
Sea por relación causal o meramente
circunstancial, durante las décadas de
1960 y 1970, diversos países como Cuba,
México, Panamá, Venezuela, Bolivia y Es-
paña iniciaron sus programas institucio-
nales y formativos basados en MF (7).
En 1969, se aprobó la medicina familiar
en los Estados Unidos y se crearon los
programas educativos de posgrado. En
1970, en Chicago, en la Cuarta Confe-
rencia Mundial de Médicos Generales, se
estableció la WONCA (Organización Mun-
dial de Colegios, Academias y Asociacio-
nes Generales/Médicos de Familia) (6).
En Australia, en 1973, se estableció el
Programa de Medicina Familiar. En Filipi-
nas comenzó en 1976. En Israel se inició
el primer programa de medicina familiar
en 1979. En 1978 convocados por la Or-
ganización Mundial de la Salud (OMS) se
reúnen los estados miembros con la parti-
cipación de más de 140 países, celebran-
do la Conferencia de Alma Atá, que con-
cluyó con la “Declaración de Alma Atá”,
donde se aprueba la estrategia para el
desarrollo de la Atención Primaria como
única alternativa para alcanzar la meta de
Salud Para Todos en el año 2000 (6).
En 1981, se creó el Centro Internacio-
nal para la Medicina Familiar. En 1991,
la Declaración de WONCA sostiene el
papel del médico general/familia en los
sistemas de atención de salud y en 1994
se efectuó, en Canadá, la Conferencia
Conjunta OMS/WONCA (6).
324
RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
Posteriormente, en Brasil, se inició el
Programa de Saúde da Familia en la
segunda mitad de la década de los 90.
También Chile y Argentina iniciaron, por
dicha época, políticas agresivas para ex-
pandir la formación de médicos familia-
res y multiplicar los modelos regionales
de atención basados en esta especiali-
dad. Igualmente, se desarrollaron diver-
sas iniciativas en el área de la Medicina
Familiar e Integral, en países de la región
como Costa Rica, Colombia, Ecuador,
Venezuela donde tienen consolidados
programas de posgrado en MF (7).
Tabla 1. Paradigmas que inspiran a la Medicina Familiar (Modelo Bio-Psico-Social) y a la
Medicina Convencional (modelo Biomédico)
Fuente: Abril-Collado & María Sofía (7).
Manejo de la diabetes en el primer nivel
de atención
Dentro del abordaje interdisciplinar en el
paciente paliativo, el médico de Atención
Primaria desempeña un papel importante.
Los cuidados paliativos primarios son habi-
lidades que todo médico debería tener y en
las que estar formado. Además, están las
unidades de Cuidados Paliativos (cuidados
paliativos especializados) para el control
de síntomas más complejos o situaciones
más difíciles en el domicilio o que requieren
ingresos hospitalarios. Ambas se comple-
mentan y hacen que la atención sea más
completa. Por otro lado, el médico de Aten-
ción Primaria puede orientar a los pacien-
tes diabéticos avanzados sobre el final de
la enfermedad, cuáles son sus preferencias
cuando llegue el momento, cuáles pueden
ser las complicaciones de la enfermedad
que pueden surgir, etc., incluso aconse-
jarles sobre la elaboración del testamento
vital o registrar sus opiniones en la historia
clínica de cara al futuro (voluntades antici-
padas) (2).
El tratamiento depende del tipo de diabe-
tes que presente la persona y se cumple de
forma integral por el equipo de salud. El de
tipo farmacológico para la DM1 se debe ad-
ministrar insulina por vía hipodérmica de 3
a 4 inyecciones cada día o en forma de 16
infusión subcutánea. Al mismo tiempo, se
les educar sobre la dosis correcta, la inges-
ta adecuada de carbohidratos y actividad
física moderada, especialmente en adultos
mayores. En la DM2 se debe iniciar con un
control de glucosa para aliviar los síntomas
y prevenir complicaciones. Si no existe con-
traindicación se iniciará la elección del fár-
maco, pudiendo la Metformina 500mg vía
oral una dosis diaria (8).
ROBALINO LUZURIAGA, A. P., PÉREZ SÁNCHEZ, A. S., & TERÁN CALDERÓN, M. A.
325
RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
Mientras que, el tratamiento no farmacoló-
gico inicia con la modificación de los fac-
tores de riesgo; cambios en el estilo de
vida, control de la glucemia, sedentarismo,
estrés, e instruir la práctica de actividades
físicas con el objetivo de reducir las com-
plicaciones como la enfermedad coronaria
y vascular cerebral. Además se orienta una
alimentación saludable mediante la guía nu-
tricional con el fin de reducir del 7 a 10% del
peso corporal en individuos con sobrepeso
y obesidad (8).
Complicaciones diabéticas
Complicaciones agudas: Cetoacido-
sis diabética: Se manifiesta como una
situación de hiperglucemia (aumento
del nivel de azúcar en la sangre). Suele
iniciarse de forma gradual con náuseas,
vómitos, hipotensión y, con frecuencia,
dolor abdominal (puede simular una
gastroenteritis o un abdomen agudo),
e incluso alteraciones del nivel de con-
ciencia (coma y confusión) (9).
Situación hiperglucémica hiperosmo-
lar no cetósica: Ocasionada también
por un estado de hiperglucemia y suele
presentarse también ante diversos fac-
tores desencadenantes como, disminu-
ción o interrupción de la administración
de insulina, fármacos (corticoides, ci-
metidina e ingesta inadecuada de líqui-
dos (9).
Hipoglucemia: Es la complicación más
frecuente del tratamiento con insulina,
y se define como unos niveles de glu-
cosa en sangre por debajo de 50 mg./
dl. Las causas más frecuentes suelen
ser sobredosificación de insulina, retra-
so en la ingesta de alimentos o ingesta
escasa, ejercicio intenso o prolongado
y consumo de alcohol o fármacos. La
clínica depende de la variedad del cua-
dro, y varía desde síntomas leves como
inestabilidad, fatiga, somnolencia, sudo-
ración, nerviosismo, temblor, hasta tras-
tornos psiquiátricos importantes incluso
con convulsiones y coma (9).
Complicaciones crónicas: Afectación
ocular: La retinopatía diabética es una
complicación vascular específica de la
diabetes mellitus, en la actualidad cons-
tituye una de las causas de ceguera y
disminución de la agudeza visual (9).
Afectación renal: La nefropatía diabé-
tica constituye en la actualidad la cau-
sa más importante de enfermedad renal
terminal, y se cree que afecta aproxima-
damente al 20- 30% de estos pacientes.
Este deterioro de la función del riñón del
diabético es un proceso progresivo en
el tiempo que se manifiesta clínicamente
en varios estadios (9).
Enfermedad cardiovascular: Consti-
tuye la principal causa de morbilidad y
mortalidad en los diabéticos, además,
su presentación es más precoz, de evo-
lución más rápida y mayor severidad
que en los no diabéticos. No sólo esto,
sino que los riesgos cardiovasculares
vinculados a la diabetes se incrementan
considerablemente cuando concurren
otros factores de riesgo, fundamental-
mente, hábito tabáquico, hipertensión
arterial o dislipemias (9).
Otras alteraciones más frecuentes en los
diabéticos y que favorecen la enferme-
dad cardiovascular son obesidad, alte-
raciones en la coagulación de la sangre,
se da de forma característica en los va-
rones, son más importantes los factores
de riesgo asociados que la propia dia-
betes en el desarrollo de la enfermedad
cardiovascular, mientras que en las mu-
jeres sucede lo contrario (9).
Cuidado primario y cuidado paliativo
De acuerdo con la Declaración de Alma Ata,
el cuidado primario “es el cuidado esencial
en salud basado en la práctica científica-
mente informada y en métodos socialmente
aceptados con tecnologías universalmente
accesibles a todos los individuos y sus fa-
milias en la comunidad”. Además “es el pri-
mer nivel de contacto de los individuos, sus
EL ROL DEL MÉDICO DE FAMILIA EN LA ATENCIÓN PALIATIVA DE PACIENTES DIABÉTICOS EN FASE TERMINAL
326
RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
familias y la comunidad con el sistema de
salud nacional” y “constituye el primer ele-
mento de un proceso continuo de cuidado
en salud” (10).
Atención a una persona con diabetes en
fase paliativa
Tabla 2. Según la fase en la que esté el paciente cambiará la estrategia
Fuente: Béjar (2).
Principios fundamentales de los cuida-
dos paliativos
Reafirmar la importancia de la vida, con-
siderando a la muerte como un proceso
natural.
Establecer una estrategia que no acele-
re la llegada de la muerte ni tampoco la
posponga.
Proporcionar alivio del dolor y de otros
síntomas angustiantes.
Integrar los aspectos psicológicos y es-
pirituales del tratamiento del paciente.
Ofrecer un sistema de apoyo para ayu-
dar a los pacientes a llevar una vida lo
más activa posible hasta que sobreven-
ga la muerte.
Extender ese apoyo a la familia, para
que pueda afrontar la enfermedad del
paciente y sobrellevar el período de
duelo (11).
Formación del médico familiar en cuida-
dos paliativos
Los médicos familiares son profesionales
formados para proporcionar cuidados inte-
grales proyectados hacia el contexto fami-
liar y social, partiendo del cuidado primario
de la salud y el control del riesgo del indi-
viduo, su familia y la comunidad. Dentro de
su formación, los médicos familiares ade-
más de todo el manejo clínico de las enfer-
medades, tienen incluido el desarrollo de
un entendimiento profundo de las necesi-
dades socio-culturales que hacen parte del
sistema de salud (10).
Los médicos de familia se caracterizan por
poseer aptitudes relacionadas con el inte-
rés, la empatía, el liderazgo y el profesiona-
lismo, lo mismo que habilidades y conoci-
mientos para proporcionar y asegurar una
atención médica continua e integral a cada
miembro de la familia. Se ha demostrado
que la cobertura de asistencia de estos pro-
fesionales dentro del grupo de AP ha permi-
tido mejorar el estado de salud y la percep-
ción de la atención, mediante un servicio
coste-efectivo. España es un ejemplo de los
países europeos que ha desarrollado este
tipo de asistencia, junto con el Reino Unido,
Canadá, Estados Unidos y Nueva Zelanda,
donde el médico de familia cumple funcio-
nes durante todas las etapas de la atención,
desde el diagnóstico hasta el fallecimiento
del paciente.
ROBALINO LUZURIAGA, A. P., PÉREZ SÁNCHEZ, A. S., & TERÁN CALDERÓN, M. A.
327
RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
Estudios recientes han demostrado que en
las regiones con mayor densidad de médi-
cos de AP se encuentran menos tasas de
hospitalizaciones, menos mortalidad, me-
nos ingresos en unidades de cuidado crí-
tico y menos gastos de atención médica
para la población general (12).
Tabla 3. Roles del médico familiar en la atención de pacientes en el final de la vida
Fuente: Sarmiento Medina et al (12).
El cuidado de pacientes diabéticos en fase
terminal requiere consideraciones espe-
cíficas para abordar adecuadamente sus
necesidades físicas, emocionales y espiri-
tuales. Aquí hay algunas consideraciones
importantes:
1. Gestión de síntomas: Es crucial controlar
los síntomas relacionados con la diabe-
tes, como la hiperglucemia o la hipoglu-
cemia, así como otros síntomas comunes
en pacientes terminales, como el dolor, la
fatiga y la dificultad para respirar (13).
2. Monitoreo cuidadoso: Se debe realizar
un monitoreo frecuente de los niveles de
glucosa en sangre para evitar complica-
ciones agudas de la diabetes, ajustando
la medicación según sea necesario (13).
3. Alivio del sufrimiento: El control del
dolor y el malestar es fundamental para
mejorar la calidad de vida del paciente.
Los cuidados paliativos deben incluir
estrategias efectivas para aliviar el sufri-
miento físico y emocional (13).
4. Apoyo emocional: Tanto el paciente
como sus familiares necesitan apoyo
emocional durante este período difícil.
Los médicos y otros profesionales de la
salud deben estar preparados para ofre-
cer asesoramiento y acompañamiento a
lo largo del proceso (13).
5. Comunicación abierta: Es esencial
mantener una comunicación abierta
y honesta con el paciente y sus seres
queridos sobre el pronóstico, los objeti-
EL ROL DEL MÉDICO DE FAMILIA EN LA ATENCIÓN PALIATIVA DE PACIENTES DIABÉTICOS EN FASE TERMINAL
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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
vos del tratamiento y las preferencias de
atención al final de la vida (13).
6. Respeto a la autonomía del paciente:
Se debe respetar la autonomía del pa-
ciente y sus deseos en cuanto al trata-
miento y los cuidados al final de la vida.
Esto puede implicar decisiones difíciles
sobre el manejo de la enfermedad y la
limitación de tratamientos médicos agre-
sivos (13).
7. Trabajo en equipo: El cuidado de pa-
cientes diabéticos en fase terminal re-
quiere un enfoque multidisciplinario que
involucre a médicos de familia, endocri-
nólogos, enfermeras, trabajadores so-
ciales, psicólogos y otros especialistas
según sea necesario (13).
8. Atención espiritual: Para algunos pa-
cientes, las necesidades espirituales y
religiosas pueden ser importantes en
esta etapa. Es importante respetar y
apoyar las creencias y prácticas espi-
rituales del paciente y proporcionar ac-
ceso a servicios religiosos o de apoyo
espiritual si es necesario (13).
Uno de los roles del médico de familia con-
siste en informar de manera oportuna, rea-
lista y culturalmente apropiada a la familia
sobre la condición clínica, el proceso de
muerte y los tratamientos para el manejo
de síntomas. A esto se suma la orientación
sobre los procesos administrativos y médi-
co-legales relacionados con el fallecimiento
de los pacientes. Esta comunicación, ade-
más de ayudar a la toma de decisiones, pue-
de evitar momentos de ansiedad, angustia
o duelos mal elaborados, y también que se
opte por tratamientos desproporcionados.
Esta es la razón por la cual la comunicación
se describe como una competencia bási-
ca y fundamental del médico familiar y de
cualquier profesional en la atención de es-
tos pacientes (12).
La comunicación, sin duda alguna, incluye
también a la familia. Varios estudios han de-
mostrado que esta es el principal apoyo físi-
co y emocional, y que por esta razón es tam-
bién un objetivo crítico, en el que interviene
el médico familiar. Pese a que existen po-
cos métodos estandarizados para abordar
áreas psicosociales, éticas o culturales, el
diálogo del médico de familia puede incluir
la explicación clara de las alternativas obje-
tivas de tratamiento, expectativas de vida,
que les permita identificar las intervenciones
oportunas que garanticen calidad de vida y
una muerte con dignidad. Algunos trabajos
señalan que los pacientes en riesgo de mo-
rir prefieren tener un médico de familia para
iniciar su manejo y las discusiones sobre las
alternativas de tratamiento (12).
Conclusión
El papel del médico de familia en la atención
paliativa de pacientes diabéticos en fase
terminal es crucial para brindar un cuidado
integral y de calidad. Estos profesionales
desempeñan un rol fundamental en la ges-
tión de síntomas, el apoyo emocional tanto
para el paciente como para sus familiares,
la coordinación de cuidados con otros espe-
cialistas y servicios de salud, y la promoción
de la calidad de vida en esta etapa difícil.
Además, su capacidad para establecer una
relación cercana y de confianza con el pa-
ciente permite una atención personalizada
que se adapta a las necesidades individua-
les y preferencias del paciente, mejorando
así su bienestar en los últimos momentos de
su vida. Es esencial que los médicos de fa-
milia estén capacitados y actualizados en el
manejo de la diabetes y en los principios de
cuidados paliativos para ofrecer un soporte
óptimo a estos pacientes y sus seres queri-
dos en un momento tan delicado.
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CITAR ESTE ARTICULO:
Robalino Luzuriaga, A. P., Pérez Sánchez, A. S., & Terán Calderón, M. A.
(2024). El rol del médico de familia en la atención paliativa de pacien-
tes diabéticos en fase terminal. RECIAMUC, 8(1), 320-329. https://doi.
org/10.26820/reciamuc/8.(1).ene.2024.320-329
EL ROL DEL MÉDICO DE FAMILIA EN LA ATENCIÓN PALIATIVA DE PACIENTES DIABÉTICOS EN FASE TERMINAL