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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
Introducción
En el mundo, existen procedimientos más
empleados en el control del dolor posqui-
rúrgico, siendo el tipo de dolor más frecuen-
te, el agudo, que es padecido por casi el
20% de los usuarios tras las 24 horas de ha-
ber sido sometido a cirugía y apareciendo
como resultado de una lesión tisular y que
debe culminar durante el proceso curativo
que dura aproximadamente tres meses; de
lo contrario, se tipificará como crónico; el
cual puede ser experimentado por alrede-
dor del 10% de pacientes. Asimismo, se ha
calculado que el 70% de los pacientes pos-
quirúrgicos padecen de dolor moderado a
severo; sin embargo, resaltar la relevancia
de aplicar métodos estandarizados analgé-
sicos (1).
Un mal o inadecuado manejo del dolor
postoperatorio puede implicar resultados
negativos, entre ellos mayor morbimortali-
dad, deterioro de recuperación y calidad de
vida, prolongación de la estadía y reingreso
hospitalario y eventualmente dolor postope-
ratorio crónico, con el consecuente incre-
mento asociado de los costes en salud (2).
En el manejo del dolor se realiza una valo-
ración exhaustiva y constante para poder
guiar el tratamiento farmacológico y no far-
macológico y así evaluar la respuesta. Se
debe considerar la localización, la intensi-
dad y los factores agravantes, así mismo
los mecanismos del dolor y los cambios en
la evolución, por otro lado el uso de las es-
calas para estratificar el dolor nos permite
mejorar nuestra valoración y direccionar los
cuidados (3). Dado este gran impacto, es
que se han propuesto a lo largo de los años
distintas intervenciones farmacológicas y
anestésicas para la optimización del mane-
jo del dolor agudo perioperatorio, que hasta
el día de hoy siguen siendo un tema con-
troversial. Dentro de los conceptos que se
han propuesto se encuentra el de analgesia
preventiva y el de analgesia multimodal. La
analgesia preventiva se refiere a la adminis-
tración de un tratamiento analgésico antes
ANDRADE LLERENA, J. D., ALCÍVAR LÓPEZ, E. L., & RUIZ SANCHEZ, S. Y.
de la incisión quirúrgica o lesión tisular, y de
esta manera prevenir la sensibilización tan-
to periférica como central, atenuando o evi-
tando la amplificación postoperatoria de la
sensación de dolor. Este concepto ha sido
tema de estudio y discusión desde inicios
del siglo XX (2).
Metodología
La presente investigación se elaboró me-
diante una metodología de revisión biblio-
gráfica que incluyo una exhaustiva bús-
queda de literatura a través de bases de
datos indexadas y repositorios académicos
pertinentes, utilizando términos controla-
dos y estrategias de búsqueda específi-
cas. La selección de estudios se basó en
criterios predefinidos de inclusión y exclu-
sión, considerando la calidad metodológica
mediante la aplicación de herramientas de
evaluación como la escala de Jadad o la
declaración CONSORT. Posteriormente, se
realizó un análisis crítico de los resultados
y conclusiones de los estudios incluidos,
identificando posibles sesgos y limitaciones
metodológicas. Finalmente, se sintetizaron
los hallazgos para elaborar las conclusio-
nes basadas en la evidencia, que puedan
orientar la práctica clínica y la toma de de-
cisiones en el abordaje del dolor.
Resultados
Dolor
Según la Asociación Internacional para el
Estudio de Dolor (IASP), es la experiencia
emocional y sensorial desagradable que
se asocia a daño de un tejido, ya sea real
o potencial, Es la alerta que ha permitido
que los seres humanos reconozcan cuando
algo funciona mal en el organismo y pue-
dan buscar ayuda. No siempre se activan
sistemas de alerta como respuesta al dolor
y cuando este es percibido, cada individuo
lo manifiesta de manera diferente, viéndo-
se influenciado por factores como la edad,
el sexo, estado emocional, entorno, entre
otros (4).