
208
RECIAMUC VOL. 8 Nº 2 (2024)
acido, y conjuntamente, exponer la posible
sobreposición de diagnósticos concomitan-
tes que requieran terapias adicionales para
el alivio sintomático. Para ello, contamos
esencialmente con 2 pruebas adicionales
que nos aportarán valor a nuestra evalua-
ción diagnóstica: la manometría esofágica
de alta resolución (MAR) y la pH-impedan-
ciometría con IBP (8).
• Manometría esofágica de alta resolu-
ción: Si bien no aporta hallazgos con-
clusivos para el diagnóstico de ERGE,
ofrece otros elementos de utilidad, ya
que, al evaluar la motilidad esofágica,
se puede descartar con certeza tras-
tornos motores esofágicos, siendo es-
tos, posibles simuladores sintomáticos.
De hecho, hasta el 35% de los pacien-
tes con acalasia presentan pirosis y el
30% de los dolores torácicos no cardia-
cos presentan alguna anormalidad en
la manometría esofágica y, como dato a
recordar, no se podrá dar un diagnós-
tico certero de patologías funcionales
(PF o HR) sin antes haber descartado
estos trastornos motores según criterios
de Roma IV. Asimismo, especialmente
en aquellos pacientes donde la regur-
gitación y los eructos son los síntomas
cardinales, la monitorización manométri-
ca con impedanciometría post-prandial
puede revelar la presencia de trastornos
de comportamiento como la rumiación
y/o eructos supragástricos, que también
pueden camuflarse bajo la sospecha
diagnóstica de ERGE (8).
• pH-impedanciometría con IBP a do-
ble dosis: Dicha estrategia, apunta
a fenotipificar el reflujo del paciente y
desenmascarar trastornos funcionales.
En primer lugar, cuando logramos dis-
cernir entre el tipo de reflujo (ácido o no
ácido) que perpetúa la sintomatología,
podremos individualizar la terapia. Así,
cuando persiste la evidencia conclusiva
de reflujo ácido con IBP, se optará por
la optimización de la terapia antisecre-
tora. Mientras que, de evidenciarse una
adecuada supresión ácida y/o una car-
ga sintomática asociada a reflujo no áci-
do, especialmente cuando predomina
la regurgitación y alta carga de reflujo
(mayor a 80 episodios), se deberá con-
siderar otras medidas que vigoricen la
barrera antirreflujo, pues solo el control
del ácido no impactará en la frecuencia
del reflujo, siendo insuficiente para el
control de síntomas en este fenotipo (8).
Complicaciones
• Esofagitis.
• Estenosis /estrechez péptica.
• Esófago de Barrett.
• Adenocarcinoma esofágico (9).
La esofagitis es la complicación que se pre-
senta con mayor frecuencia; antes de la era
de los IBP las estrecheces pépticas eran
más frecuentes, disminuyendo progresiva-
mente la presentación con el tratamiento
médico. Del 10 al 15% de los pacientes con
ERGE confirmado por pHmetría presentan
esófago de Barrett, principal precursor para
desarrollar adenocarcinoma esofágico.
Adicionalmente, las complicaciones respi-
ratorias debidas a reflujo varían desde tos
crónica, asma, neumonía por aspiración y
hasta incluso fibrosis pulmonar (9).
Tratamiento
• Modicaciones en hábitos de vida:
Estas medidas tienen una poca utilidad
debido a la pobre adherencia de los pa-
cientes. Entre los cambios que se repor-
tan útiles para la mejoría de los síntomas
se encuentran el aumento de la ingesta
de fibra en los alimentos, disminución
de peso, cesación del consumo de ci-
garrillo, elevación de la cabecera, dor-
mir del lado izquierdo y la ingesta de la
última cena al menos 2 a 6 horas antes
de acostarse. Adicionalmente, se indica
comer misma cantidad de comida, pero
mejor distribuida en menores porciones,
para evitar gran distención gástrica y
MOLINA CONSTANTE, H. E., RAMÍREZ ABAD, T. L., QUITO ESTEVES, A. C., & OCAMPO ULLOA, G. E.