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RECIAMUC VOL. 8 Nº 2 (2024)
Introducción
Es una enfermedad progresiva que causa
manifestaciones derivadas de la disfunción
del órgano afectado por los depósitos, prin-
cipalmente riñón, corazón, sistema nervio-
so, tracto gastrointestinal, y piel, aunque
puede participar cualquier órgano y siste-
ma de la economía. Estudios clínicos y ex-
perimentales han puesto de manifiesto que
la enfermedad de Fabry condiciona un es-
tado inflamatorio vascular y protrombótico.
De hecho, los eventos cardiovasculares,
principalmente cardiopatía isquémica y ac-
cidentes cerebrovasculares son una causa
importante de morbi-mortalidad en estos
pacientes (1).
Se considera que la enfermedad de Fabry
es la segunda enfermedad de depósito liso-
somal más frecuente tras la enfermedad de
Gaucher. La enfermedad de Fabry es una
entidad compleja en la que pueden afectar-
se múltiples órganos y sistemas (piel, cora-
zón, riñones, aparato digestivo, ojos, oídos,
sistema nervioso) variando de unos casos
a otros y en el tempo. Se estima que existe
un retraso medio en el diagnóstico de los
pacientes con enfermedad de Fabry desde
que comienzan sus síntomas de 15-20 años
(A3) y que las complicaciones renales, car-
díacas y cerebrovasculares pueden acortar
la esperanza de vida de los sujetos que la
padecen entre 10 y 20 años (A4). La multi-
plicidad de órganos afectos y la heteroge-
neidad con diferencias de expresión entre
individuos portadores de la misma variante
genética e incluso dentro de la misma fa-
milia, suponen elementos que dificultan su
diagnóstico (2).
La enfermedad de Fabry presenta una inci-
dencia aproximada de 1 cada 117000 naci-
dos vivos y 1 cada 40000 hombres y es una
de las enfermedades de depósito lisosomal
más frecuentes. Se cree que la incidencia
es mayor que la que se estima. La identifi-
cación de variantes de inicio tardío sugiere
que esta enfermedad lisosomal tratable es
incluso más frecuente. Independientemen-
CORONEL SÁNCHEZ, K. L., GARCÍA GAIBOR, M. Y., ARTEAGA CRIOLLO, S. P., & MEJÍA ZHAGUI, K. M.
te de la incidencia de la α-Gal A deficiente
y de la enfermedad de Fabry sintomática
en diferentes poblaciones, la elevada inci-
dencia observada en estudios realizados
en recién nacidos, junto con la evaluación
o la identificación continuada del fenotipo
de inicio tardío en pacientes con afecciones
cardíacas, accidentes cerebrovasculares y
en hemodiálisis, indica que la prevalencia
del fenotipo de inicio tardío de esta enfer-
medad pan-étnica es mayor a la estimada
anteriormente (3).
Metodología
Se llevó a cabo una revisión bibliográfica
de la literatura para identificar estudios que
abordaran el manejo integral de la enferme-
dad de Fabry en pacientes con diabetes.
Se realizaron búsquedas exhaustivas en
bases de datos científicas como PubMed,
Scopus y Cochrane Library, utilizando tér-
minos clave como "enfermedad de Fabry",
"diabetes", "manejo integral", "diagnóstico" y
"terapia". Se incluyeron estudios originales,
revisiones sistemáticas y metaanálisis. Los
estudios se seleccionaron evaluando su ca-
lidad metodológica mediante escalas de va-
loración. Los datos extraídos incluyeron ca-
racterísticas de los pacientes, tratamientos
utilizados, resultados clínicos y complica-
ciones. A partir de la información obtenida,
se realizó un análisis narrativo para identi-
ficar los principales desafíos diagnósticos
y terapéuticos en este grupo de pacientes,
así como las mejores prácticas clínicas.
Resultados
Manifestaciones clínicas generales
El fenotipo de la enfermedad de Fabry de-
pende del tipo de mutación, sexo (grado
de inactivación aleatoria de cromosoma X
afectado) y modificadores genéticos aún
desconocidos, a pesar de esto, se han
descrito claramente dos fenotipos a saber,
uno clásico temprano y severo y uno tardío
o no clásico. El fenotipo clásico comienza
con manifestaciones clínicas a temprana
edad, generalmente después de los tres