DOI: 10.26820/reciamuc/4.(3).julio.2020.310-318
URL: https://reciamuc.com/index.php/RECIAMUC/article/view/525
EDITORIAL: Saberes del Conocimiento
Revista: RECIAMUC
ISSN: 2588-0748
Tipo de Investigación: Artículo de Revisión
Código UNESCO: 32 Ciencias Médicas; 3201 Ciencias Clínicas
Paginas: 310-318

COVID-19 y los riesgos en pacientes con VIH


COVID-19 and the risks in patients with HIV


COVID-19 e os riscos em pacientes com HIV

Jorge Aleghyery Merchan Villamar1; Karina Erminia Rayo Caicedo2; Santo Eduardo Cedeño Cedeño3

RECIBIDO: 20/05/2020 ACEPTADO: 19/07/2020 PUBLICADO: 30/07/2020





  1. Especialista en Ginecología y Obstetricia; Doctor en Medicina y Cirugía; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador; drjorgemechan3@gmail.com; https://orcid.org/0000-0001-9468-7525
  2. Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador; karinarayo@hotmail.com; https://orcid.org/0000-0003-1777-147X
  3. Doctor en Medicina; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador; eduardocedenoc@hotmail.com; https://orcid.org/0000-0003-1069-9583

CORRESPONDENCIA
Jorge Aleghyery Merchan Villamar
drjorgemechan3@gmail.com


Guayaquil, Ecuador

RESUMEN

Al cierre de 2019 la vida en todo el mundo ha estado definida por una pandemia que nos ha llevado a estudiar maneras distintas para relacionarnos como seres humanos en el ámbito social, económico, político, cultural. Como todo fenómeno mundial y a través de la conectividad a la que nos hemos sometido en los últimos años, el COVID-19 ha traído consigo pánico y tabú entre la sociedad. Por ser también un virus El VIH y el COVID están estrechamente relacionados por mas razonas que la obvia se pudiera pensar que los pacientes con VIH son más vulnerables ante un contagio con el virus SARS-CoV-2. La presente investigación pretende hacer un estudio acerca de las implicaciones que se han evidenciado o demostrado, según sea el caso, que tiene el COVID-19 entre la población con VIH. Confirmada o no a niveles científicos nos hemos propuesto hacer un estudio descriptivo bibliográfico acerca de la información que se genera alrededor de los pacientes con VIH y su inminente exposición al COVID-19. Hasta ahora lo único evidente es que la población con VIH se encuentra considerados como de riesgo para sufrir complicaciones generadas por el COVID-19. Además, resulta imperioso, en estos momentos que mantengan al día el tratamiento indicado para mantener el VIH controlado. La consecuencia temida por las Organizaciones de salud se empieza a hacer realidad, y es que las últimas publicaciones respecto al VIH y los efectos del COVID-19 sobre ella es que, dada la necesidad de aislamiento existe una interrupción en la distribución de retrovirales y medicinas necesarias para mantener controlado el VIH. Por más esfuerzo que pongan los gobiernos y organizaciones para impulsar políticas en pro a superar los tiempos pandémicos, recae sobre las decisiones personales considerar los cuidados y asumir una vida restrictiva de contacto social. Así como las personas contagiadas con VIH sufrieron discriminación, el comportamiento es repetido para el que padece consecuencias visibles o silenciosas del COVID-19. Esto debe evitarse, como todo flagelo que irrespete los Derechos Humanos. Finalmente, mucho de lo que podamos señalar puede ser refutado en el futuro inmediato pues queda claro que la pandemia está en pleno desarrollo y por lo tanto las lecciones que nos deja también.

Palabras claves: COVID-19, pandemia, VIH, riesgo, enfermedad.

 

ABSTRACT

At the end of 2019 life around the world has been defined by a pandemic that has led us to study different ways to relate as human beings in the social, economic, political, cultural spheres. Like any global phenomenon and through the connectivity to which we have submitted in recent years, THE COVID-19 has brought with it panic and taboo among society. As a virus HIV and COVID are closely related for more reasons than the obvious one you might think that HIV patients are more vulnerable to a SARS-CoV-2 virus infection. This research aims to conduct a study on the implications that COVID-19 has been shown or demonstrated, as the case may be. Confirmed or not at scientific levels we have set out to do a descriptive bibliographic study on the information generated around HIV patients and their imminent exposure to COVID-19. So far the only thing that is evident is that the population with HIV is considered to be at risk for complications generated by COVID-19. In addition, it is imperative at this time that they keep the treatment indicated to keep HIV under control. The feared consequence of Health Organizations is beginning to come true, and that is that the latest publications on HIV and the effects of COVID-19 on it is that, given the need for isolation, there is an interruption in the distribution of retrovirals and medicines needed to keep HIV under control. Noever effort by governments and organizations to drive policies to overcome pandemic times, it is up to personal decisions to consider care and to assume a restrictive life of social contact. Just as people infected with HIV suffered discrimination, the behavior is repeated for those with visible or silent consequences of COVID-19. This must be avoided, like any scourge that disrespects human rights. Finally, much of what we can point out can be refuted in the immediate future because it is clear that the pandemic is in full development and therefore the lessons it leaves us as well.

Keywords: COVID-19, pandemic, HIV, risk, disease.

 


RESUMO

No final de 2019, a vida no mundo foi marcada por uma pandemia que nos levou a estudar diferentes formas de nos relacionarmos como seres humanos nas esferas social, econômica, política e cultural. Como todo fenômeno global e pela conectividade a que nos submetemos nos últimos anos, THE COVID-19 trouxe consigo o pânico e o tabu na sociedade. Como um vírus, o HIV e o COVID estão intimamente relacionados por mais razões do que as óbvias, você pode pensar que os pacientes com HIV são mais vulneráveis ​​a uma infecção pelo vírus SARS-CoV-2. Esta pesquisa tem como objetivo realizar um estudo sobre as implicações que o COVID-19 tem sido mostrado ou demonstrado, conforme o caso. Confirmados ou não em nível científico, propusemo-nos a fazer um estudo bibliográfico descritivo sobre as informações geradas sobre os pacientes com HIV e sua exposição iminente ao COVID-19. Até o momento, a única evidência é que a população com HIV é considerada de risco para complicações geradas pelo COVID-19. Além disso, é imperativo neste momento que eles mantenham o tratamento indicado para manter o HIV sob controle. A temida consequência das Organizações de Saúde começa a se concretizar, é que as últimas publicações sobre o HIV e os efeitos do COVID-19 sobre ele é que, diante da necessidade de isolamento, há interrupção na distribuição de retrovirais e medicamentos. necessário para manter o HIV sob controle. Nenhum esforço por parte de governos e organizações para impulsionar políticas para superar tempos de pandemia, cabe às decisões pessoais considerar o cuidado e assumir uma vida restritiva de contato social. Assim como as pessoas infectadas pelo HIV sofreram discriminação, o comportamento se repete para aqueles com consequências visíveis ou silenciosas do COVID-19. Isso deve ser evitado, como qualquer flagelo que desrespeite os direitos humanos. Finalmente, muito do que podemos apontar pode ser refutado no futuro imediato, porque está claro que a pandemia está em pleno desenvolvimento e, portanto, as lições que ela também nos deixa.

Palavras-chave: TCOVID-19, pandemia, HIV, risco, doença.


INTRODUCCIÓN

Al cierre de 2019 y en lo que va de año 2020 la vida en todo el mundo ha estado definida por una pandemia que ha paralizado la vida como la conocíamos hasta ahora y a su vez nos ha llevado a estudiar maneras distintas para relacionarnos como seres humanos en el ámbito social, económico, político, cultural.

A pesar de que la pandemia del VIH se ha llevado a más de 30 millones de personas el virus SARS-CoV-2, al que coloquialmente llamamos coronavirus, agente causante de la COVID-19 está siendo la primera que ha confinado en las casas a más de dos mil millones de personas en menos de dos semanas y por más de 4 meses. También es la primera pandemia que sufre el mundo occidental en un presente caracterizado por la explosión de medios de comunicación, redes sociales y el continuo e inconmensurable flujo de información. (Villanueva B., 2020)

Como todo fenómeno mundial y a través de la conectividad a la que nos hemos sometido en los últimos años, el COVID-19 ha traído consigo pánico y tabú entre la sociedad, sin que ésta perciba que es en el comportamiento social en donde se genera el poder más contundente para evitar el avance de éste mal. Ambos virus se relacionan directamente con el sistema inmunológico lo que hace suponer que los pacientes con VIH son más vulnerables ante un contagio con el virus SARS-CoV-2.

Por ser también un virus El VIH y el COVID están estrechamente relacionados por mas razonas que la obvia. Se puede identificar su razón social, su propagación depende de un comportamiento social que, a pesar de ya estar identificados los medios de cuidado para ello, se sigue propagando y sigue generando muertes asociadas a ellos.

El VIH induce un proceso progresivo y crónico, con un espectro enorme de manifestaciones y complicaciones, que va desde la infección primaria hasta infecciones oportunistas, tumores y desgaste. (Hernández Requejo, Pérez Ávila, & Can Pérez, 2015)

Según datos del Programa de Naciones Unidas para el Sida (ONUSIDA) al cierre de 2019 38,0 millones de personas vivían con el VIH en todo el mundo, se estima que 36,2 millones son adultos lo que representa el 80%, desde 2010, las nuevas infecciones por el VIH descendieron alrededor de un 23% y en niños descendieron un 52%. Desde el pico alcanzado en 2004, los casos de muertes relacionadas con el sida se han reducido en más de un 60%. En 2019, alrededor de 690.000 personas murieron de enfermedades relacionadas con el sida en todo el mundo. (ONUSIDA, 2020)

En el caso de la pandemia generada por el COVID-19, la evidencia ha mostrado que, independiente de la etapa de exposición al virus en que pueda estar una persona, ya sea en cuarentena, al haber estado expuesta, en aislamiento, al ya estar infectada, bajo una situación preventiva de distanciamiento social, o bien post alta del virus, todas las medidas preventivas sugeridas incorporan medidas comportamentales. (Urzúa, Vera, Caqueo, & Polanco, 2020)

La presente investigación pretende hacer un estudio acerca de las implicaciones que se han evidenciado o demostrado, según sea el caso, que tiene el COVID-19 entre la población con VIH.

 

Metodología

Siendo el COVID-19 una enfermedad reciente mucha es la información que se genera alrededor. Confirmada o no a niveles científicos nos hemos propuesto hacer un estudio descriptivo bibliográfico acerca de la información que se genera alrededor de los pacientes con VIH y su inminente exposición al COVID-19.

Para lograr el objetivo plateado nos hemos centrados en dos motores de búsqueda web, Google y Google Académico para las publicaciones científicas. Hemos conseguido algunos artículos que ya han relacionado los elementos escogidos, sin embargo hemos ampliado el aporte con las publicaciones de páginas de organizaciones oficiales de organizaciones de salud o grupos de apoyo para personas con VIH. De ambos extraemos la información que permita generar una referencia que oriente al que así lo requiera.

 

Resultados

Las manifestaciones clínicas de sida se caracterizan por conteos de células T CD4+ menores de 200 cél/µL y la presencia de alguna de las llamadas enfermedades marcadoras de sida. El desarrollo de infecciones oportunistas se correlaciona con la pérdida de linfocitos T CD4+. El pronóstico de supervivencia es variable, depende de la edad, la vía de transmisión y la forma de presentación de la enfermedad. El tratamiento con antirretrovirales ha aumentado la esperanza de vida de estos pacientes. (Hernández Requejo, Pérez Ávila, & Can Pérez, 2015)

En 1992, Bayes y Ribes, argumentaban cómo la psicología estaba involucrada en una enfermedad importante y menos conocida en ese momento como es el VIH-SIDA.

“Apelando a la evidencia y a modelos conceptuales y teóricos de la psicología experimental, su tesis principal era que... su adquisición proceso y tratamiento era desde un inicio y final un proceso psicológico. La investigación posterior ha generado abundante evidencia que muestra que tanto la prevención, la adherencia al tratamiento o el enfrentamiento y avance de múltiples enfermedades son un tema de comportamiento”. (Urzúa, Vera, Caqueo, & Polanco, 2020)

En diciembre de 2019, según Poudel y otros (2020) se conoce de una neumonía potencialmente mortal en Wuhan, China. Se conoce la enfermedad como COVID-19 y a enero de 2020, ya se había extendido a 19 países con 11.791 casos confirmados, incluyendo 213 muertes. Siguen Guou y otros (2020) que pese a la baja gravedad de los síntomas, el contagio es muy rápido, lo que hace que el fenómeno de rápida propagación puede colapsar los sistemas sanitarios que proporcionan ayuda a los pacientes más graves. (Urzúa, Vera, Caqueo, & Polanco, 2020)

El nuevo coronavirus 2019 (2019-nCoV), ha causado graves neumonías hasta el presente y el número de casos crece vertiginosamente por días lo que ha obligado a la comunidad internacional, orientada por la OMS, a establecer medidas de protección higiénico-sanitarias, de aislamiento de los casos y freno de la expansión con medidas de control en las fronteras. Se estima que por cada caso infectado se contagia a 3 personas. Su genoma tiene una homología superior a 80 % con respecto a los anteriores coronavirus. Los casos deben ser confirmados por prueba de RT-PCR. (Serra Valdés, 2020)

La vulnerabilidad se define como la “exposición continua al riesgo”, en salud indica la susceptibilidad de la/s persona/s a problemas y daños de la salud, siendo un claro indicador de inequidad y desigualdad. La COVID-19 no discrimina, según Centers for Disease Control and Prevention (CDCP) de los Estados Unidos, los colectivos vulnerables están integrados por: adultos mayores, personas con comorbilidades, personas inmunocomprometidas, incluido el tratamiento del cáncer, gestantes, personas discapacitadas. (Aquino, Arrieta, & Huaman, 2020)

Conocer la cantidad de individuos con mayor riesgo de COVID-19 grave puede informar el diseño de posibles estrategias de protección, manejo y cuidado de las condiciones crónicas, y orientar la distribución de vacunas para aquellos con mayor riesgo. Son condiciones asociadas con un "mayor riesgo de COVID-19 grave" según las guías publicadas por la OMS, los CDC y Public Health England (PHE), incluyendo:

(1) enfermedad cardiovascular
(2) enfermedad renal crónica
(3) enfermedad respiratoria crónica
(4) enfermedad hepatica crónica
(5) diabetes
(6) cánceres con inmunosupresión directa
(7) cánceres sin inmunosupresión directa, pero con posible inmunosupresión
(8) VIH/SIDA
(9) tuberculosis (activa)
(10) trastornos neurológicos crónicos
(11) trastornos de células falciformes causada por el tratamiento
(12) consumo de tabaco fumado
(13) obesidad severa (IMC ≥40)

 

COVID-19 es una enfermedad grave y todas las personas que viven con el VIH deben tomar todas las medidas preventivas recomendadas para minimizar la exposición y prevenir la infección. A pesar de la ampliación del tratamiento del VIH en los últimos años, 15 millones de personas no tienen acceso a la terapia antirretroviral, lo que puede comprometer su sistema inmunológico. Hasta que se disponga de más información, las personas que viven con el VIH, sobre todo quienes se encuentren en un estado avanzado de la enfermedad o aún no la tengan muy controlada, deberán ser cautas y prestar atención a las medidas de prevención y las recomendaciones. Es igualmente fundamental que cuente con una reposición multimensual de sus medicamentos. Los servicios de VIH deben seguir estando disponibles para las personas o que corren el riesgo de contraerlo. Esto incluye garantizar la disponibilidad de preservativos, terapia de sustitución de opiáceos, agujas y jeringas estériles, reducción de daños, profilaxis previa a la exposición y pruebas de VIH. Para evitar que las personas se queden sin medicamentos y reducir la necesidad de acceder al sistema de salud, los países deberían pasar a la plena aplicación de la dispensación multi-mensual de tres meses o más de tratamiento contra el VIH. (ONUSIDA, 2020)

 

VIH y COVID-19 según Hoja informativa — Últimas estadísticas sobre el estado de la epidemia de sida ONUSIDA

  • Un nuevo análisis realizado por ONUSIDA ha revelado los posibles efectos que la pandemia mundial de COVID-19 podría causar en los países de ingresos medios y bajos de todo el mundo en lo que respecta al suministro de medicamentos antirretrovíricos genéricos utilizados para el tratamiento del VIH.
  • Los confinamientos y los cierres de fronteras impuestos para detener la COVID-19 están afectando tanto a la producción de medicamentos como a su distribución, lo que podría generar aumentos en sus costes y problemas de suministro.
  • Se estima que el coste final de los medicamentos antirretrovíricos exportados desde la India podría aumentar entre un 10 % y un 25 % con respecto al precio normal.
  • Los modelos recientes estiman que una interrupción completa de seis meses en el tratamiento del VIH podría provocar más de 500.000 (471.000–673.000) muertes adicionales por enfermedades relacionadas con el SIDA.
  • De igual modo, se estima que una interrupción de seis meses en los servicios de prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH conllevaría un aumento en las nuevas infecciones por el VIH en niños del 162 % en Malawi, 139 % en Uganda, 106 % en Zimbabwe y 83 % en Mozambique. (ONUSIDA, 2020)


Se entiende a VIH/SIDA como el virus de inmunodeficiencia humana, se trata de una manifestación crónica, caracterizada por la inmunosupresión, conduce al desarrollo de infecciones oportunistas, neoplasias secundarias y manifestaciones neurológicas, que ha tenido manifestación epidémica por largos años, considerándose así un problema de salud grave a nivel mundial. Estos indicadores muestran que el número de centros que provee de terapia antirretroviral es de 22 400, el número de personas en tratamiento antirretroviral es de 6 650 000, el distanciamiento social ha reducido el acceso a las pruebas de VIH de rutina, lo que desafía la finalización del primer objetivo 90-90-90 de la ONUSIDA a nivel mundial, el cual menciona que 90 % de todas las personas que viven con VIH conocerán su estado. (Aquino, Arrieta, & Huaman, 2020)

Hauman (2020) explica que Zhu y otros reportaron la coinfección de SARS-CoV-2 y VIH en un paciente en la ciudad de Wuhan, China y concluye que la infección por VIH debe considerarse como factor de riesgo para la COVID-19. Sin embargo, no hay una interrelación identificada entre las dos infecciones virales, esto sumado a que el paciente no recibía terapia antirretroviral para la infección por VIH, por lo cual esta posible asociación se torna más controversial. Otro estudio realizado en Wuhan, China, de 1 178 pacientes con VIH/SIDA, 12 de ellos presentaban infección por SARS-CoV-2, y se encontró una incidencia similar a la de la población en general. (Aquino, Arrieta, & Huaman, 2020)

En cuanto al tratamiento, no existe indicio de que los antirretrovirales usados en personas con diagnóstico de VIH, puedan proporcionar una protección eficaz frente a la transmisión de SARS-COV-2; sin embargo, muchos ensayos clínicos en curso proporcionan información acerca de Lopinavir/Ritonavir y Cloroquina, siendo más efectivos en el tratamiento temprano y no esperar a que ocurra una falla multiorgánica. Por lo que la relación de SARS-COV-2 y VIH, se hace importante en el seguimiento alrededor de dos aspectos: en primer lugar, la patogenicidad de los coronavirus podría aumentar en personas con VIH+ y con inmunidad deteriorada, luego podemos reconocer el potencial que posee para iluminar la terapéutica del SARS-CoV-2, puesto que aún no se encuentra con un protocolo establecido.. Asimismo han sugerido que el Lopinavir, un inhibidor de la proteasa del VIH, podrá inhibir marginalmente la replicación del coronavirus; sin embargo el Remdesivir; análogo experimental de nucleótidos adenosina parece bloquear de manera eficiente la replicación del coronavirus, al considerarlo como potencial para iluminar la terapéutica del COVID-19. (Aquino, Arrieta, & Huaman, 2020)

Un total de 73 países han advertido que corren el riesgo de que se agoten las existencias de medicamentos antirretrovíricos como consecuencia de la pandemia de COVID-19, según una nueva encuesta de la OMS realizada en vísperas de la conferencia bianual de la Sociedad Internacional del SIDA. Se han recibido notificaciones de 24 países para informar bien de la bajada a niveles críticos de las reservas de antirretrovíricos o bien de alteraciones en el suministro de estos medicamentos que salvan vidas. Según el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS “Los países y sus asociados para el desarrollo deben hacer todo lo posible para garantizar que las personas que necesitan tratamiento contra el VIH sigan teniendo acceso a él. No podemos permitir que la pandemia de COVID-19 revierta los logros cosechados con tanto esfuerzo en la respuesta mundial a esta enfermedad”. Los servicios de prevención y pruebas del VIH no están llegando a los grupos que más los necesitan. Será fundamental que los servicios de prevención y pruebas de eficacia comprobada estén mejor enfocados para revitalizar la respuesta mundial al VIH. (OMS, 2020)

Muchas de las muertes relacionadas con el VIH son el resultado de infecciones que se aprovechan del debilitamiento del sistema inmunitario de la persona. Entre ellas, se incluyen las infecciones bacterianas, como la tuberculosis, las infecciones víricas, como la hepatitis y la COVID-19, las infecciones parasitarias como la toxoplasmosis y las infecciones fúngicas, incluida la histoplasmosis. Hoy, la OMS publica unas orientaciones nuevas para el diagnóstico y el tratamiento de la histoplasmosis en las personas que viven con el VIH. La histoplasmosis tiene una alta prevalencia en la Región de las Américas de la OMS, donde cada año se registran 15 600 nuevos casos y 4500 muertes entre las personas que viven con el VIH. Podrían salvarse muchas de esas vidas mediante el diagnóstico y el tratamiento oportunos de la enfermedad. En los últimos años, el desarrollo de pruebas diagnósticas altamente sensibles ha permitido una confirmación rápida y precisa de la histoplasmosis y el inicio temprano del tratamiento. Sin embargo, los diagnósticos innovadores y los tratamientos óptimos para esta enfermedad aún no están ampliamente disponibles en entornos con recursos limitados. (OMS, 2020)

Comenta Vera y otros (2015) que existen diversos modelos psicológicos como el de creencias en salud, transteórico, locus de control, autoeficacia, acción razonada, entre otros, que intentan explicar cómo adquirimos y mantenemos las conductas en salud . La evidencia muestra que los mecanismos por los cuales adquirimos, mantenemos y eliminamos nuestros comportamientos son principalmente por medio del aprendizaje, por ende, los comportamientos involucrados en los procesos de salud y enfermedad responden a los mismos mecanismos. De esta forma, el pasar de una condición de ausencia de enfermedad a estar enfermo e incluso el éxito o no del tratamiento estará determinado por nuestras creencias (cogniciones), emociones (como predisposiciones a la acción) y finalmente nuestro comportamiento pro o riesgoso para la salud. (Urzúa, Vera, Caqueo, & Polanco, 2020)

Finalmente, se acoge el siguiente resumen realizado por la ONUSIDA que recoge los aspectos que definen hasta ahora las 7 lección aprendidas del VIH para el COVID-19

  1. Involucrar a las comunidades afectadas desde el inicio en TODAS las medidas de respuesta para generar confianza, garantizar acciones adecuadas y eficientes, evitar daños indirectos o no intencionados y garantizar el intercambio frecuente de información.
  2. Combatir todas las formas de estigma y discriminación, incluyendo las basadas en raza, contacto social, profesión (trabajadores de la salud) y aquellas dirigidas a grupos marginados que les impiden acceder a la atención.
  3. Garantizar el acceso gratuito o con costos accesibles a tamizajes, pruebas de detección y atención para las personas más vulnerables y difíciles de alcanzar.
  4. Eliminar las barreras que enfrentan las personas en la protección de su propia salud y la de sus comunidades: miedo al desempleo, costos de atención médica, presencia de noticias falsas e información errónea, falta de infraestructura de saneamiento, etc.
  5. Las restricciones para proteger la salud pública deben ser de duración limitada, proporcionadas, necesarias y basadas en evidencia, y en coordinación con las instancias judiciales. . Establecer excepciones cuando sea preciso para los grupos vulnerables y para aliviar las consecuencias de tales restricciones. Las prohibiciones totales obligatorias rara vez son efectivas o necesarias. Las personas no deben ser penalizadas por infringir las restricciones.
  6. Los países deben trabajar para apoyarse mutuamente, y así poder garantizar que ningún territorio se quede atrás, compartiendo información, conocimiento, recursos y experiencia técnica.
  7. Apoyar y proteger a las personas trabajadoras de la salud. Ser considerados el uno con el otro. Unir y apoyar los esfuerzos que generan confianza y amplifican la solidaridad, en lugar de sancionar. (ONUSIDA, 2020)

 

Conclusiones

En primera instancia la lección que nos deja la investigación es que no hay suficientes datos como para consolidar información acerca de los efectos del COVID-19 sobre las personas que viven con VIH, hasta ahora lo único evidente es que ésta población se encuentra considerados como de riesgo para sufrir complicaciones generadas por el COVID-19. Además, resulta imperioso, en estos momentos que mantengan al día el tratamiento indicado para mantener el VIH controlado.

La consecuencia temida por las Organizaciones de salud se empieza a hacer realidad, y es que las últimas publicaciones respecto al VIH y los efectos del COVID-19 sobre ella es que, dada la necesidad de aislamiento existe una interrupción en la distribución de retrovirales y medicinas necesarias para mantener controlado el VIH. Hasta ahora, esa sería la consecuencia directa del COVID-19 sobre las personas que viven con VIH.

Se destaca de la información recabada que la pandemia del VIH ha servido de alguna manera para enfrentar la nueva pandemia del COVID-19 pues se rescatan lecciones importantes que ayudan a definir estrategias para sobrellevar este mal. De lo anterior quisiéramos comentar el componente psicológico para el ser humano de sentirse amenazado, por lo tanto gran parte de la solución para controlar la propagación del virus depende del comportamiento social.

Por más esfuerzo que pongan los gobiernos y organizaciones para impulsar políticas en pro a superar los tiempos pandémicos recae sobre las decisiones personales considerar los cuidados y asumir una vida restrictiva de contacto social. También cabe destacar que, asi como en su momento las personas contagiadas con VIH sufrieron y sufren discriminación, el comportamiento es repetido para el que padece consecuencias visibles o silenciosas del COVID-19. Esto debe evitarse, como todo flagelo que irrespete los Derechos Humanos como primera regla social.

Finalmente, mucho de lo que podamos señalar puede ser refutado en el futuro inmediato pues queda claro que la pandemia está en pleno desarrollo y por lo tanto las lecciones que nos deja también.


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