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RECIMAUC VOL. 6 Nº 4 (2022)
Introducción
Resultan asombrosos los cambios que la
práctica médica ha experimentado princi-
palmente durante los últimos 30 años en el
mundo. La contribución del conocimiento
científico durante la segunda mitad del si-
glo XX fue elemento fundamental en la evo-
lución de la medicina clínica, que favoreció
tanto la transformación conceptual de la
radiología médica, así como su aceptación
más allá de los límites del ámbito médico,
en la sociedad en general. (Andrade-Ba-
rreto & Villa-Caballero, 2005) La ciencia de
las imágenes diagnósticas médicas o Ima-
genología es un campo que experimenta
actualmente una extraordinaria expansión
como resultado del desarrollo acelerado
de la revolución científico-técnica. No hay
especialización, ni estructura ni órgano hu-
mano que permanezca alejada de su ex-
ploración y de sus beneficios. (Carbelo et
al., 2019) Actualmente la tecnología exhibe
gran aporte a la ciencia médica; a través de
esta, los exámenes médicos y diagnósticos
son más precisos, tomando menos tiempo
el dar un tratamiento adecuado al paciente.
(Barriga et al., 2018)
Una prueba de imagen se puede definir
como un tipo de técnica mediante la cual
se toman imágenes detalladas del interior
del cuerpo, utilizando diferentes formas de
energía, como rayos X, ultrasonidos, ondas
de radio, campos magnéticos y sustancias
radiactivas. Se utilizan para facilitar el diag-
nóstico de una enfermedad, planificar el tra-
tamiento y/o determinar si dicho tratamiento
es eficaz. (GÓMEZ CEVA, 2019)
La imagen médica se ha convertido en los
últimos años en una potente herramienta de
ayuda al diagnóstico. Gracias a los avanza-
dos escáneres y software de reconstrucción
de imágenes disponibles es posible la iden-
tificación de distintos órganos y tejidos, así
como la obtención de datos que ayuden a
caracterizar y cuantificar las patologías. Los
radiólogos son los responsables del uso e
interpretación de dichas imágenes, cada
vez más extendidas para el diagnóstico de
enfermedades y su seguimiento posterior.
Dichos facultativos demandan herramientas
que les permitan localizar órganos y tejidos
con mayor precisión y rapidez, así como la
identificación y caracterización cuantitativa
de las patologías presentes en ellos, con el
fin de realizar un mejor diagnóstico. (Bere-
ciartua, 2016)
La imagen médica es el principal método no
invasivo de obtener información anatómica
y funcional del cuerpo humano. Ha experi-
mentado un gran avance en el último cuarto
de siglo, permitiendo actualmente aplica-
ciones cuantitativas desconocidas hace un
decenio. La modalidad más conocida es la
tomografía axial computarizada (TAC) por
rayos X o escáner, desarrollada por los fí-
sicos A. M. Cormack y G. N. Hounsfield. El
TAC ha resuelto el problema de las imáge-
nes planas de rayos X. Con el uso de los
ordenadores actuales es posible hacer una
reconstrucción tridimensional de la imagen,
muy apreciada en intervenciones quirúrgi-
cas complicadas en las que sea necesaria
la realización de medidas precisas. (Anto-
ranz & Santa Marta, 1999)
La fotografía médica es una técnica de ima-
gen no invasiva que nos permite registrar,
comparar, hacer seguimiento, monitorizar
cambios, mostrar al paciente las lesiones
en áreas no visibles, realizar diagnósticos,
pedir segundas opiniones y utilizarla como
herramienta educativa1. En teledermatolo-
gía, la fotografía clínica y dermatoscópica
permite diagnosticar a distancia. Fotogra-
fiar puede ser abordado desde la perspec-
tiva del que toma la foto y desde la del suje-
to fotografiado. (Pasquali et al., 2019)
Las herramientas para la adquisición y el
análisis de las imágenes deben dominar-
se para poder ser entendidas. La principal
función de los estudios de imagen en medi-
cina es proporcionarle al médico la informa-
ción necesaria para hacer diagnóstico de
la enfermedad del paciente y así valorar su
respuesta al tratamiento. El abanico de mé-
BENEFICIOS MÉDICOS DE LA IMAGENOLOGÍA NO INVASIVA